Terapia de Parejas
¿Qué puedo conseguir en terapia?
- Expresar cosas que no me gustan de la otra persona sin que sea un reproche.
- Valorar y agradecer los gestos de cuidado que tiene hacia mí.
- Pedir con amabilidad sin esperar a que los demás adivinen lo que quiero.
- Buscar planes diferentes que realizar y sorprender de vez en cuando.
- Sacar tiempo en el día a día para amarse, solo/a o en compañía.
- Afrontar el miedo a que nos rechacen o abandonen por ser como soy.
- Minimizar las discusiones y participar de manera que nos acaben enriqueciendo.
- Aprender a escuchar o a ser escuchados.
- Empezar a soltar para querer desde la libertad. Elegir desde el deseo en vez de la necesidad.
Áreas de mejora
Estas son algunas situaciones que quizás te suenen y podemos mejorar.
Satisfacción con la relación
Problemas de comunicación
Toma de decisiones
Dificultades en el ámbito sexual
Las relaciones, como las personas, evolucionan.
A medida que conocemos a la otra persona y su propia historia. Y viceversa. Dejamos entrar un poco más a quien descubre nuestras taras y las acepta. Porque eso nos hace sentir bien o encaja con lo que pensamos que merecemos.
Las relaciones se construyen en el tiempo y los actos que suceden en él: algunos improvisados, otros fruto de una toma de decisiones consciente. Crecen con cada confesión compartida, cada obstáculo que se comparte y supera en conjunto, cada aspecto que a ti te hace sentir bien y la otra persona respeta. Del mismo modo, se pueden estancar, desgastar o desvanecer por muchos motivos.
Todo camino está lleno de etapas y es normal no estar siempre preparados para cada una.
No nos suelen enseñar por ejemplo, a discutir sin salir más alejados o sentirnos tristes, culpables. Las discusiones suelen llevar implícito una connotación negativa, un estado de ánimo desagradable.
Por eso a veces hay quien las evita. Calla necesidades, crea deudas, suelta “mentiras piadosas”. Antepone la supervivencia de la relación a él o a la pareja pensando que es lo mejor, al menos a corto plazo. Pero esas pequeñas concesiones que damos a la relación se van acumulando y perdemos el interés.
¿Y si reiniciamos?