Ansiedad

La ansiedad se manifiesta de manera muy diferente en cada persona. Por eso, aprender a identificarla y manejarla para que se mantenga dentro de unos niveles intermedios requiere de un abordaje personalizado.

Ansiedad

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta de alarma que inicialmente generaba nuestro cuerpo para protegerse de algún peligro. Hoy en día, esta se puede producir en situaciones cotidianas que no suponían un problema para nosotros por varios motivos:

  • Anticipación de eventos catastróficos. Ej. anticipar un feedback negativo del superior cuando veo en el móvil una llamada entrante del trabajo.
  • Experiencias que han resultado aversivas para nosotros. Por ej. hacer una exposición oral y tartamudear o recibir un comentario humillante.
  • Atención excesiva a nuestras sensaciones corporales y los cambios que en él se producen.
  • Creer que los demás opinan cosas negativas de uno/a mismo/a sin haberlo contrastado (mayor sensibilidad a la evaluación social).
  • Compararse solo con personas que van mejor que nosotros/as.
  • Ponerse metas poco realistas: añadir más tareas de las que uno/a puede realizar.
  • Miedo ante un estímulo concreto. Ej. fobia a volar.
  • Mayor sensibilidad a la ansiedad: tendencia a experimentar miedo a los síntomas de ansiedad y su repercusión (fobofobia). Ej. “puedo sufrir un ataque al corazón si tengo un ataque de pánico”.
  • Sensación de falta de capacidad para afrontar determinadas situaciones.
  • Haber estado evitando un tipo de situaciones. Ej. lugares en los que hay mucha gente. Cuando evitamos una situación, nuestro cuerpo inmediatamente se alivia. No obstante, el mensaje que le mandamos a nuestro cerebro es el de “ves, era peligroso” y nuestra sensación de capacidad o control sobre la situación disminuye.

La ansiedad se puede presentar a nivel subjetivo (en forma de preocupación, inquietud, pensamientos obsesivos...) fisiológico (con síntomas como sudoración, taquicardias...) o conductual (respuestas de huida o evitación).

Las manifestaciones más conocidas de la ansiedad son:

sintomas de ansiedad

Sin embargo, hay otras señales que pueden pasar desapercibidas y que reflejan ansiedad como:

  • Dificultades para concentrarte.
  • Procrastinar obligaciones más que otras veces.
  • Morderte las uñas, tener algún tic nervioso (párpado, tartamudeo...).
  • Tensar tus músculos sin darte cuenta (mandíbula, hombros…)
  • Estar irascible, saltar a la mínima.
  • Comer más que antes y en poco tiempo.
  • Alteraciones en nuestro cuerpo como caída del pelo, dolores gastrointestinales, erupciones en la piel.
  • Sentir opresión en el pecho.

Por eso, la mejor forma de abordarla de manera eficaz es junto con un profesional que te guíe, ayude a identificarla y gestionarla.

Las dificultades relacionadas con la ansiedad son muy variadas y cada área tiene un abordaje específico.

Lo primero cuando evaluamos un problema es realizar un buen diagnóstico diferencial que identifique si la ansiedad se produce ante:

  • un estímulo concreto (fobia específica).
  • una amplia variedad de situaciones (ansiedad generalizada).
  • encuentros sociales (fobia social).
  • la separación de un tutor (ansiedad por separación.
  • estímulos inesperados/esperados (una crisis de pánico con/sin agorafobia).
  • el miedo de contraer una enfermedad grave (hipocondría).

¿Cómo podemos mejorarla?

La ansiedad, como otras respuestas emocionales, podemos imaginarla como la cúspide de un iceberg. Es una reacción de nuestro organismo ante determinadas situaciones y lo que éstas significan para nosotros.

Se puede tratar sus expresiones (aquellas emociones o conductas que vemos en la superficie) mediante el aprendizaje de habilidades como la relajación o la respiración controlada.

Pero es necesario paralelamente llegar al origen y solucionar su causa si quieres que deje de ser un problema en ocasiones futuras. 

Por eso, puedes encontrar recursos de utilidad como entrenamientos en respiración, relajación pero es conveniente realizar una intervención más amplia como la que hacemos en terapia.

Evaluar e intervenir sobre aquellos factores que nos hacen vulnerables a desarrollar un trastorno de ansiedad y exponernos si es necesario a aquellas situaciones que suponen un reto en el presente para no limitarnos en el futuro.

causas de la ansiedad

Si tienes alguno de estos síntomas, consúltame y pongamos remedio cuanto antes.

Acudir a terapia no debería ser motivo de vergüenza, sino un acto de

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